Yo se que en la distancia
hubo un señuelo,
de los que el cazador
lleva a su boca;
plagado de calor que no es de fuego
y lleno de frescura y de inocencia.
Yo se que no hay momento
de sosiego...
para el que en derredor
te está mirando;
porque esparció cenizas por el suelo
y al aire peregrino
le regaló mi llanto.
Yo se que cuando llega
la tarde hasta mi puerta,
se cubren mis ventanas
de gotas de cristal,
mi corazón se inquieta,
y lloran las paredes
pinturas de colores,
desde que tú no estás.
Yo se que alguien te acoge
bajo una manta verde
de prados y de mar,
y toma entre sus manos
las tuyas que son alas,
y prontas a volar.
Yo se que estás pensando
en mí, desde que duermes,
en los tejados rojos
de auroras de papel,
y que sueñas, a veces,
sólo a veces,
que al sol vas a volver.
Yo se que se consume
mi vida en la esperanza
de verte aparecer.
Y lucho, y sufro, y lloro,
porque no puedo nunca
dejarte de querer.
"...Quisiera ser, de mis sonetos, eco que dibuje colores de amapola..." Este espacio está dedicado a todos aquellos amantes de la poesía que, como yo, vivan la vida a través de los sentidos y los sentimientos, a tope, como se dice actualmente.
Poeta
jueves, 6 de enero de 2011
EN EL BAUL
Cuando miro el alma dormida sola,
entre tanto madero y papel seco,
quisiera ser de mis sonetos eco,
que dibuje colores de amapola.
Viajar sobre la grupa de una ola,
lleno de espuma blanca mi chaleco,
y la mente diciéndome: "no peco",
oyendo el mar en una caracola.
Ser siempre un niño alegre y risueño.
Mundos de verdes sauces que no lloran.
Quisiera ser un sol más halagüeño.
Al par que vuelvo la mirada, sueño:
siento en mis ojos lágrimas que afloran,
y una intensa lucha tengo con mi dueño.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)