"...Quisiera ser, de mis sonetos, eco que dibuje colores de amapola..." Este espacio está dedicado a todos aquellos amantes de la poesía que, como yo, vivan la vida a través de los sentidos y los sentimientos, a tope, como se dice actualmente.
Poeta
miércoles, 30 de noviembre de 2011
lunes, 28 de noviembre de 2011
miércoles, 23 de noviembre de 2011
viernes, 18 de noviembre de 2011
CANCIONERO DE MI PUEBLO
CORAZÓN DE CRISTAL
Con mis manos construí
de juncos un corazón,
que en la laguna dejé
y la sal cristalizó.
Sin pensar en él
lo dejé olvidado,
y me marché
cuando el cielo era claro.
Corazón de cristal,
mágico cubo de sal
que el tiempo no marchitó,
cada año floreció
repitiendo su cantar:
(estribillo)
"El mar me robó la ilusión.
El sol, me contó la verdad.
Y yo no lo via aparecer,
pero vendrá, soñé (I)
esperaré (2).
Hoy he vuelto hasta la orilla
a buscar mi corazón,
fue el amor de una chiquilla
que en Torrevieja quedó,
pero el tiempo no perdona,
y el cristal se me rompió
cuando lo tuve en mis manos,
mientras cantó su canción:
(al estribillo)
ELEGÍAS
MI VINO POBRE PARA TU SED DE AMIGO,
MIGUEL HERNÁNDEZ
Supiste a tuera, amargo,
cuando entre amapolas,
sobre el heno,
levantaste el puño de tu hermano
en un gesto de lucha,
de espíritu sereno.
Pasaste, que todo es pasar,
comiendo la cebolla de tu cielo,
pero esta nube oscura que cubre el limonar,
se ensañó en la sangre de tu mano,
bebiendo de la herida tu veneno.
Tu voz es silbo de cayado;
tu vida ejemplo, por sencillo;
tus versos golpe a golpe se han forjado.
Tu huella, se dibuja en el camino.
lunes, 14 de noviembre de 2011
CANCIONERO DE MI PUEBLO
DÉJALA SOÑAR
Si al pasear
por la arena dorada,
en una noche
del periodo estival,
oyes crujir un madero
con el rumor de las olas,
siéntate un rato, viajero,
en el noray donde un día
la dejé amarrada.
,
La suave brisa
golpea mi barca,
y sus amarras,
dando bandazos,
besan el agua
para secar su llanto
La luna lo sabrá
que yo no estoy allí,
pero mi barca seguirá
esperando el día de partir.
No le digas que me fuí
y que nunca volveré,
no le digas que dejé
el pueblo donde nací.
Y déjala soñar
que me ve aparecer,
con los remos al hombro
y los pies desnudos,
hoy como ayer.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)