UN MARINERO
(I) Un marinero una vez
tras un fuerte temporal,
nadando vino a acaecer,
como la espuma del mar,
a la salida del sol,
sobre tu arena sin par
y por siempre se quedó.
Sintió el azul de tu cielo,
bebió la luz de tu luna
e hizo barcos veleros
con perlas de tu laguna.
Anduvo en alas del viento
sobre tus olas plateadas.
Cantó habaneras por puertos
de otras tierras muy lejanas.
Y volvió, volvió a tu suelo,
a su Torrevieja amada,
donde como marinero,
una mujer lo esperaba.
(II) Como la espuma del mar
a la salida del sol,
dormido en un madero
no te pensaba encontrar.
(III) Cuando el barco naufragó
arrastrado por tu luz
soñó que el cielo eras tú
y por siempre se quedó.
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